Prebióticos: ¿una nueva opción para ayudar a la buena salud?

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Hace menos de 2 décadas los expertos en nutrición comenzaron a identificar una familia de elementos presente en muchos alimentos, cuya acción parece resultar muy beneficiosa para la salud de las personas en general y para la buena actividad digestiva en particular.
(www.neomundo.com.ar / Por Enrique Garabetyan)

En los últimos años diversos estudios médicos han ido acumulando sólidas evidencias científicas que demuestran que -en el intestino de las personas- habita un verdadero y complejo ecosistema vital, cuyo buen funcionamiento y equilibrio resulta clave para que las personas se aseguren una buena nutrición, un sólido sistema inmunológico y un equilibrio saludable.

Estas líneas de investigación son relativamente nuevas. De hecho, hace menos de dos décadas algunos expertos en nutrición comenzaron a identificar una familia de elementos presente en muchos alimentos, cuya acción parece resultar altamente beneficiosa para la salud de las personas en general y para la buena actividad digestiva en particular.

Se trata de componentes bautizados como “prebióticos”. Y los expertos los definen como “nutrientes capaces de estimular y modular la actividad de diversas colonias de bacterias beneficiosas, que cohabitan en nuestro sistema digestivo”.

El gastroenterólogo Lisandro Pereyra, del equipo de Gastroenterología del Hospital Alemán de Buenos Aires y miembro de la Sociedad Argentina de Gastroenterología, explica que “se trata de fibras solubles o glúcidos complejos no metabolizados en el estómago ni en el intestino delgado, que alcanzan el intestino grueso, donde son degradados por la microflora bacteriana, principalmente por las bifidobacterias y los lactobacilos”.

En otras palabras, estos compuesto -si bien son indigeribles- al llegar al intestino, “alimentan” la reproducción de diversos grupos de bacterias cuya presencia y acción resulta imprescindible para tener buena salud.

Desde el punto de vista químico, estos compuestos incluyen a los oligosacáridos, la inulina y la oligofructuosa, entre otros. Y -cómo tantos nutrientes- se encuentran en forma natural en muchos alimentos como la cebolla, el ajo, el puerro, la leche, las legumbres, la miel, la soja y muchas frutas. También están presentes, por supuesto, en la leche materna.

Cuando los prebióticos atraviesan el intestino estimulan, en forma selectiva, el crecimiento de dos grandes familias de bacterias: las bifidobacterias y los lactobacilos, ambas responsables de favorecer la salud digestiva e inmunológica, entre otras. Por otra parte, su crecimiento también contribuye a dificultar la supervivencia de colonias de gérmenes patógenos.

DIETA POCO SALUDABLE
A cada vez más personas, debido a sus exigencias laborales y a otras circunstancias vitales, se les dificulta cada día el mantener una dieta equilibrada, e ingerir las recomendadas porciones de frutas, verduras y lácteos que recomiendan los organismos de salud pública.

Eso explica que día tras día lleguen al mercado nuevos complementos nutricionales que contribuyan a compensar la escasez en la ingesta de, por ejemplo, los prebióticos. Justamente, acaba de lanzarse en Argentina una línea de productos que integran complementos nutricionales de fibras prebióticas solubles enriquecidas, bajo la marca de Wohl Prebiotic, distribuida por un flamante laboratorio local (Kässel Pharmaceutical )

EFECTOS
La propia Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas asevera que “la evidencia científica (sobre la acción de los prebióticos) muestra efectos positivos sobre su función como regulador de la microflora y su colaboración a elevar la resistencia a infecciones agudas; mejorar el tránsito intestinal; integrar la absorción de minerales (calcio y magnesio); facilitar el metabolismo de glúcidos y lípidos, entre otras cosas”.
Claro que para lograr una evaluación correcta de los efectos de los prebióticos en cada organismo debe cuidarse la concentración utilizada del producto y también las características iniciales que del intestino de la persona que las consume”.

Por otra parte, si bien aun se requieren más estudios, se considera que esta familia de fibras genera variados efectos sistémicos positivos, como una disminución de la concentración de colesterol, de los triglicéridos, de la insulina y la glicemia, entre otros. Y, finalmente, la presencia de prebióticos en dosis adecuadas parece ser capaz de aumentar los niveles de vitaminas del grupo B, la glutamina plasmática y colaborar a mejorar la actividad del sistema inmune.

PREBIOTICOS Y PROBIOTICOS ¿CUAL ES LA DIFERENCIA?
Debido a que apenas una letra diferencia sus nombres, ambos tipos de elementos son fáciles de confundir. Por eso vale la pena destacar que un “probiótico” es, según la OMS, “un alimento que contiene microorganismos vivos que, suministrados en cantidad adecuada, confieren un efecto beneficioso sobre la salud del húesped”.

Los prObióticos tienen que estar vivos al ser ingeridos (por ejemplo en alimentos frescos como yogurt o leche) y las dosis tienen que ser apropiadas para obtener efectos. Esto implica también que es fundamental respetar la cadena de frío para asegurar su adecuada conservación y efectividad.

En cambio, los prEbióticos favorecen el crecimiento de las bacterias beneficiosas. Podría decirse que los prebióticos son el alimento de los probióticos y favorecen su reproducción. Además, al estimular el crecimiento de bacterias saludables, que compiten con las “dañinas”, la acción de los prebióticos reduce el riesgo de afecciones intestinales, como las diarreas infecciosas.

“Una flora intestinal con una menor concentración de bacterias beneficiosas se ha asociado a distintas patologías digestivas (diarrea, distención abdominal, síndrome de intestino irritable)”, asegura Pereyra.
En otras palabras, según apuntan hasta ahora las investigaciones, “el consumo diario de las fibras prebióticas promueve la salud digestiva y en especial la intestinal mejorando, entre otras cosa:

– La regularidad intestinal, sin generar molestos efectos laxantes.
– Favorece la absorción de vitaminas y minerales, reduciendo la concentración de colesterol y el peso.
– Potencia la acción del sistema inmune.
– Genera una reducción en la sensación de hinchazón.

Fuente:
NeMundo.com.ar

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