Sedentarismo laboral, todo el día sentados

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El cansancio que nos invade al final de una jornada en la que difícilmente nos levantamos del asiento demuestra que el sedentarismo laboral es enemigo de la salud.

Estudios como el realizado por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Sidney (Australia) entre 2006 y 2010, el cual señala que el sedentarismo prolongado está asociado con mayor riesgo de muerte (por cualquier causa), independientemente de la actividad física que se realice.

La investigación también afirma que el peligro se multiplica a partir de las 4 horas al día que se permanezca sentado, y naturalmente empeora cuando el tiempo sin actividad supera las 8 horas.

Otro trabajo desarrollado en Zaragoza, España, también respalda la idea de que pasar muchas horas sentado es peligroso para la salud y, peor aún, constituye factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares, independientemente de la dieta o el nivel de ejercicio que se practique.

En este caso, fueron investigadores del Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud quienes observaron que aquellos empleados que pasaban más de 6 horas sentados en el trabajo tenían signos de sobrepeso y obesidad, es decir, mayores índices de masa corporal, perímetro de cintura y presión arterial, factores que generalmente elevan el riesgo de infarto.

Expertos señalan que las personas que permanecen sentadas más de 6 horas al día enfrentan mayor probabilidad de morir en los siguientes 15 años (más de 40%), si se comparan con aquellas que se sientan en promedio sólo 3.

Efectivamente, pasar la mayor parte del día frente al monitor de la computadora, con las manos sobre el teclado, las piernas inmóviles y la espalda encorvada daña la salud, pues la postura que adoptamos (con las articulaciones a 90 grados) no es compatible con la estructura de huesos, músculos y ligamentos que posee una persona.

A diferencia de los simios, por ejemplo, cuya columna vertebral tiene forma de “C”, la del ser humano tiene forma de “S” que le permite adoptar una posición erguida. Sin embargo, cuando el individuo se sienta, la parte baja de la “S” se aplana, lo que aumenta la presión sobre los discos que están colocados entre las vértebras para amortiguar el movimiento y el peso.

En consecuencia, las enfermedades frecuentes en las oficinas hacen su aparición: después de prolongada jornada laboral con mala postura, se experimentan dolores musculares en la parte inferior de la espalda (lumbalgia) y hernias discales. De hecho, se sabe que cuando estamos mal sentados en una silla, los músculos abdominales junto con los de la espalda, deforman la curvatura natural de la columna, desencadenando hiperlordosis, condición caracterizada por una curvatura anormal de esta parte del organismo y, en consecuencia, dolores de espalda.

Pero los problemas no paran ahí, algunos más vinculados al sedentarismo laboral son:

• Dolores en hombros y cuello. Estar sentado la mayor parte del día frente a un monitor de computadora, nos obliga a estirar el cuello hacia adelante para ver el teclado, lo que suele afectar las vértebras cervicales. Al mismo tiempo, los músculos de la espalda y hombros pueden dañarse por mantener esta postura largas horas.

• Piernas inflamadas y várices. La inmovilidad ocasiona que la circulación sanguínea de las piernas se haga más lenta, lo cual provoca acumulación de líquidos en estas extremidades. Las consecuencias pueden ir desde tobillos y piernas inflamadas, hasta várices y, en casos graves, formación de coágulos (trombos).

• Caderas rígidas. Las caderas flexibles ayudan a mantenernos balanceados pero cuando permanecemos mucho tiempo sentados, sin extender los músculos de esta zona, éstos se vuelven rígidos, limitando nuestros movimientos. Incluso, los glúteos se acostumbran a la inmovilidad, lo cual puede afectar la estabilidad del cuerpo y la capacidad de andar de manera enérgica y erguida.

Aunque la realidad es que los problemas de salud por falta de actividad física ligados al ambiente laboral comienzan en cuanto nos sentamos, pues en ese momento se desencadena peligroso proceso que los expertos llaman “colapso celular”:

• La actividad muscular se detiene.

• El gasto calórico se minimiza a 1 caloría por minuto.

• La liberación de enzimas (sustancias que aceleran reacciones químicas) que ayudan a descomponer las grasas cae 90%.

• Los niveles de colesterol “bueno” (HDL) descienden 20% después de dos horas.

• 24 horas después, los niveles de producción de insulina caen 24%, aumentando el riesgo de diabetes.

Frente a un panorama tan desalentador, lo mejor es comenzar a ¡movernos! Para reducir los peligros de estar sentado muchas horas, los siguientes tips para ejercitarse en la oficina pueden ser de gran utilidad:

• Siéntate derecho. Cuando sabes cómo adoptar buena postura en la silla, descubres también que los dolores de espalda no son eternos. Al ocupar tu asiento, hazlo con los pies apoyados firmemente en el suelo, la espalda apoyada en la silla (de preferencia, utiliza alguna con respaldo alto), en especial a la altura de la zona lumbar, y los brazos pegados al cuerpo (si tienes descansabrazos, apóyate en ellos).

• Cambia de postura. Si te levantas de la silla y caminas hacia el baño, por ejemplo, la presión en los huesos de la columna vertebral disminuye. Ahora bien, si decides permanecer en tu lugar, levanta las piernas periódicamente haciendo círculos con los pies, o coloca pequeño banco al frente para poder subirlas de manera alternada.

• Estírate. Expertos recomiendan levantarse de la silla y estirarse, en promedio, cada 2 horas. Los estiramientos deben incluir brazos, piernas, cuello y espalda.

• Asiento especial. De vez en cuando, siéntate en una pelota para ejercicio o en asientos sin respaldo, para forzar a los músculos a trabajar.

Fuente:
cronica.com.mx

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