Qué dices, no te escucho bien

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En México, al menos 12 millones de personas sufren de algún nivel de pérdida auditiva grave, y por lo menos 6 millones de personas padecen de pérdida auditiva discapacitante, es decir, no pueden escuchar y esto los afecta a nivel laboral, social y familiar.

“Los mexicanos están expuestos constantemente a sonidos y ruidos muy fuertes que con el tiempo les produce pérdida auditiva en diferentes grados”, comenta la doctora en Audiología Ana María del Rello. “Esta situación es gradual y el paciente no se percata inmediatamente, por lo que el daño se va acumulando y cuando finalmente se atiende ya sufre de una pérdida de audición significativa, la cual es irreversible”.

Los principales factores por los que los mexicanos están más expuestos a sufrir de pérdida auditiva se deben principalmente a las condiciones laborales, entorno urbano y estilo de vida, los cuales se combinan para generar una constante presencia de ruido por encima de las normas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud.

De acuerdo con la OMS, las causas adquiridas pueden provocar la pérdida de audición a cualquier edad, particularmente la exposición al ruido excesivo como el de maquinaria pesada, el tráfico constante, vivir cerca de aeropuertos, escuchar música a volúmenes muy fuertes en conciertos y bares, e incluso enfermedades como la diabetes y la exposición al humo del tabaco aumentan el riesgo de sufrir pérdida de audición provocada por el ruido.

“Es importante destacar que cada vez más niños y jóvenes están expuestos a ruidos muy fuertes a lo largo del día, y esto tiene efectos en muchos aspectos de su vida, como el desarrollo social y educativo del niño, así como la capacidad de los jóvenes de aprender y trabajar”, señala la Dra. Del Rello. “Para cuando llegan a la edad adulta, el daño acumulado es severo y ya presentan algún grado de pérdida de audición, lo cual los afecta gravemente en su calidad de vida y desafortunadamente en nuestro país no se cuenta con los apoyos necesarios para atender a tanta gente con pérdida de audición discapacitante, es decir, aquellas personas que no pueden oír y requieren de atención especial”.

De acuerdo con estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud, los niños con pérdida de audición rara vez son escolarizados, y entre los adultos que la padecen la tasa de desempleo es mucho más alta. La mejora del acceso a la educación que atienda a estos niños, así como los servicios de rehabilitación profesional y la sensibilización de los empleadores, permitiría reducir las tasas de desempleo de los adultos que padecen pérdida de audición.

“Hay que destacar que en México contamos con una muy pobre cultura de la prevención”, comenta la Dra. Del Rello. “Muchos centros laborales y urbanos de nuestro país exceden las normas que indican que el máximo de exposición sin riesgos es de 85 decibelios durante un máximo de 8 horas, y se ha constatado que el riesgo en nuestro país es alto, por ende la prevalencia de la pérdida auditiva es mucho mayor que el promedio de los países desarrollados”.

“Nuestra labor como profesionales de la salud es atender a tiempo esta problemática y por ello invitamos a la gente a que consulte con un médico especialista en audiología u otorrinolaringología para poder evaluar su condición e impedir que su pérdida auditiva se incremente hasta que sea incapacitante. Si logramos que la gente reciba atención oportuna podremos combatir este grave problema”, concluye la Dra. Del Rello.

Fuente:
cronica.com.mx

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