Tai Chi un arte a favor de la salud

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El tai chi o tai chi chuan es un arte marcial chino indicado actualmente por varias millones de personas en el mundo entero, por lo que se cuenta entre las artes marciales que se practican más masivamente.

Hoy en día varios millones de personas en todo el mundo practican el tai ji chuan. La mayoría lo practica principalmente por razones de salud, como ejercicio de relajación o para fines de meditación.

En los diferentes estilos y escuelas se practican diferentes ejercicios básicos tales como movimientos individuales, ejercicios de postura y de respiración, así como de meditación. Estos sirven al aprendizaje de los principios del tai chi chuan, para soltar las articulaciones, relajar el cuerpo entero y modificar poco a poco la postura con el fin de evitar sobrecargas inconvenientes de las articulaciones.

El principio fundamental del tai chi chuan es la suavidad: el practicante debe moverse de manera natural, relajada, suelta y fluida

Al ejercitar, el cuerpo debe estar «relajado». La respiración debe ser profunda, relajada y fluir de manera natural. Los movimientos del Tai Chi Chuan deben ser conscientes y atentos. En esto no se anima, sin embargo, a la concentración exclusiva en los procesos en el cuerpo del practicante, sino que debe distribuirse de manera pareja entre la percepción de los movimientos propios y los del entorno.

Podríamos decir que el Tai Chi es un tipo de gimnasia energética que mediante ciertos movimientos del cuerpo logra grandes cosas. Por ejemplo, regula la respiración, pues aunque esto sea algo involuntario, muchas veces nos dejamos afectar por lo que nos ocurre y empezamos a perder control, hiperventilar, volvernos ansiosos y desestabilizarnos completamente. Una persona con Parkinson genera ciertas posturas debido al deterioro de sus músculos, y como consecuencia presiona la caja torácica impidiendo el flujo normal de la respiración.

El Tai Chi se practica con movimientos precisos, lentos y estudiados pero muy sencillos. La idea es que la persona se concentre en su respiración y en lograr realizar los ejercicios. Es ideal hacerlos al aire libre, en la playa o en cualquier ambiente en el que haya naturaleza ya que proporciona relajación y la persona se siente más tranquila, alejada de las preocupaciones de su enfermedad.

Los huesos, los músculos y ligamentos necesitan estirarse, y esta rutina no es para nada exigente o agresiva, pero si mantiene en movimiento las piernas y los brazos, se contraen y se estiran, se mueve la cadera y se trabaja en una mejor postura que mejora la respiración congestionada. Se trabajan los pies y la forma como se apoyan en el piso, las manos y los dedos que tanto problema causan a una persona con Parkinson, también el cuello y su rotación leve para fortalecer sus músculos y mejorar la postura desde la cabeza, pasando por el torso hasta los pies.

Lo más importante es que con la repetición, la concentración y coordinación se intenta que el cuerpo no olvide sus movimientos naturales si no que por el contrario los mantenga frescos, pues el deterioro cognitivo que genera el Parkinson es agresivo y cuando la persona ve que es capaz de seguir una rutina de ejercicios aliviará un poco su autoestima, verá resultados un poco más inmediatos porque ve como su cuerpo va respondiendo a su propio ritmo. Además el que resulte relajante hace que bajen sus niveles de estrés y depresión y tengan una mejor actitud para vivir con su enfermedad, aceptarla y mejorar su calidad de vida.

Fuente:
cronica.com.mx

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