Los seres humanos estamos expuestos a millones de virus y bacterias que pueden enfermarnos
Todos los seres humanos estamos expuestos a millones de virus y bacterias que pueden fortalecer las defensas del organismo, o bien, probarnos varios tipos de enfermedades. El problema para la salud surge cuando no se producen suficientes anticuerpos y el sistema inmunitario presenta un fuerte debilitamiento que le impide reaccionar.
Como consecuencia, desarrollamos varios tipos de patologías, entre las que se incluyen problemas respiratorios, gastrointestinales y urinarios. Si bien la mayoría suelen superarse tras varios días de reposo y tratamiento, algunos pueden conducir a situaciones que amenazan la vida.
A continuación queremos mostrarte 8 remedios caseros que controlan sus síntomas y aceleran su recuperación.
Ajo
Considerado como uno de los antibióticos y antivirales más poderosos de la naturaleza, el ajo tiene la capacidad de combatir varios tipos de infecciones.
Sus compuestos sulfurosos inhiben el crecimiento de los virus que causan la gripe y el resfriado y tienen un efecto positivo en el control de la gastroenteritis.
¿Cómo utilizarlo?
La forma más eficaz de aprovechar sus propiedades es consumiendo dos o tres dientes triturados y crudos.
Si bien agregarlo a sopas es válido, el proceso de cocción destruye parte importante de sus enzimas y nutrientes.
Vinagre de manzana
El vinagre de manzana ocupa uno de los primeros lugares en el catálogo de alimentos con naturaleza alcalina.
Sus ácidos naturales regulan el pH de la sangre y equilibran la acidez del organismo.
¿Cómo utilizarlo?
Agrega una cucharada de vinagre de manzana en un vaso de agua tibia y consúmelo en ayunas.
En caso de infecciones vaginales, dilúyelo en abundante agua y hazte un lavado externo.
Cebollas
Las propiedades antibióticas, expectorantes y emolientes de la cebolla la convierten en un excelente remedio contra la bronquitis, la gripe y los catarros.
Sus compuestos de azufre crean una barrera protectora contra los virus y favorecen la desinflamación de las vías respiratorias.
¿Cómo utilizarlas?
Córtala en rodajas y agrégala cruda en tus ensaladas, sándwiches o batidos.
De forma opcional, puedes ponerla en un frasco de vidrio, cubrirla con miel de abejas y preparar un jarabe casero.
En este último caso es necesario que la dejes macerar durante dos o tres semanas.
La dosis no debe sobrepasar las cuatro cucharadas al día.
Limón
El limón es el fruto cítrico por excelencia para controlar los síntomas del resfriado, la gripe y otras afecciones respiratorias.
Su alto contenido de vitamina C le proporciona fuerzas al sistema inmunitario y estimula la producción de anticuerpos para proteger el organismo.
¿Cómo utilizarlo?
Diluye el jugo de un limón fresco en un vaso de agua fría y consúmelo en ayunas.
No olvides utilizar su cáscara, que es la parte que más vitamina C concentra: agrégala en tus infusiones, batidos y ensaladas.
Pimienta de Cayena
La pimienta de Cayena tiene propiedades descongestionantes y antiinflamatorias que contribuyen a eliminar el exceso de moco.
Su compuesto activo, la capsaicina, actúa como un antibiótico natural frente a varios tipos de virus y bacterias que enferman el organismo.
¿Cómo utilizarla?
Agrega pimienta de Cayena en tus recetas o prepárala como té.
Jengibre y té de menta
Tanto el jengibre como el té de menta proporcionan alivio de las infecciones del tracto digestivo.
Sus propiedades antiinflamatorias y analgésicas calman el dolor, mientras que sus compuestos antibióticos combaten de raíz la infección
¿Cómo utilizarlos?
Pon a hervir la planta elegida en agua y consume su té dos o tres veces al día.
De forma opcional les puedes agregar limón para potenciar sus propiedades.
Ten en cuenta que los efectos de estos remedios son suaves y no siempre ayudan a eliminar la totalidad de la infección.
(Con información de Mejor con Salud)
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