Remedios naturales para el resfriado y la gripe

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Muchos padres solían correr a la farmacia en cuanto identificaban la primera señal de resfriado en sus pequeños. Sin embargo, la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP por sus siglas en inglés) advierte que los medicamentos contra la gripe y el resfriado que se venden sin receta médica, son ineficaces para el tratamiento de la tos y los resfriados en los niños, y podrían incluso ser peligrosos para los niños menores de 6 años de edad.

Pero eso no significa que tu pequeño tenga que sufrir. Ya sea que tu niño tenga tos, gripe o resfriado, puedes probar los remedios caseros que encontrarás a continuación, los cuales son eficaces y no causarán ningún daño a tu niño. Ten en cuenta que ninguno de estos medicamentos ayudarán a acortar la duración de la enfermedad de tu niño (que normalmente tiene un ciclo de unos 10 días), pero le podrían ayudar a sentirse mucho mejor.
Mucho descanso (todas las edades)
Cómo ayuda:

El cuerpo de los pequeños utiliza mucha energía para combatir las infecciones. Eso podría agotar a un niño (incluso a un adulto). Cuando tu niño descansa, está sanando, lo cual es exactamente lo que necesita.

Las investigaciones demuestran que también el estrés juega un papel muy importante. Si tu hijo está bajo presión, debido a la escuela, los amigos, o una cuestión en el hogar, dejarlo descansar puede ser precisamente lo que necesita para mejorar sus síntomas.

Qué necesitas:

Un lugar cómodo para que descanse
Actividades para mantenerlo ocupado

Cómo lograrlo:

Ahora es el momento de dejar que tu niño vea su programa favorito de televisión o video, o permitir que juegue con esa nueva aplicación una vez más. También puedes llevarle una nueva caja de crayones y papel para colorear. Incluso puede hacer un rompecabezas en la cama.

Por supuesto, la cama no es necesariamente el mejor lugar para descansar. Algunas veces, un cambio de ambiente puede ayudar. Si el clima se presta, puede descansar en un lugar cómodo en el jardín o el patio. Si decides que descanse dentro de la casa, idea algo más divertido que la cama, como una tienda de campaña o un rinconcito lleno de almohadones, en un lugar donde lo puedas ver.

Si a tu niño le cuesta descansar, acompáñalo un ratito y lean juntos algunos cuentos. Enséñale algunas canciones infantiles, que lo motiven a mover sus dedos o las manos (como “Cinco lobitos” o “La araña pequeñita”), invéntense cuentos juntos o deja que hable por teléfono con sus abuelos o con un amiguito.
Vaporizador (todas las edades)
Cómo ayuda:

Respirar aire húmedo ayuda a aclarar la mucosidad de la nariz. Un baño caliente además ayuda a relajar a tu hijo.

Qué necesitas:

Un humidificador, un vaporizador de aire frío, o un cuarto de baño con vapor

Cómo usarlo:

Coloca el humidificador en la habitación de tu hijo mientras esté durmiendo, descansando o jugando en la habitación.

Dale un baño caliente en un baño con mucho vapor. Deja correr el agua caliente (usando la regadera que usas para bañarte) por unos minutos antes de que llenes con agua la tina del baño. Si tu niño es ya mayorcito puedes dejarlo jugar en el agua por un buen rato, supervisándolo, por supuesto, a menos que sea lo suficientemente mayor como para quedarse solo en la bañera.

Si no es buen momento para darle un baño, deja correr el agua caliente, cierra del puerta del baño, tapa la ranura de debajo de la puerta con una toalla y siéntate unos 15 minutos con tu hijo (lleva un par de libros o juguetes).

Precaución:

Asegúrate de limpiar el humidificador a menudo, siguiendo las indicaciones del fabricante. Los humidificadores acumulan mucho moho, que podría liberarse en el aire, si no se mantienen limpios.
Gotas de solución salina y una perilla de succión (todas las edades)
Cómo ayuda:

Las gotas de la solución salina (agua salada) ayudan a aflojar la mucosidad y limpiar la nariz de los niños que son demasiado pequeños para sonarse la nariz por sí mismos. Si tienes un bebé, una perilla de goma puede resultarte muy práctica cuando se le dificulte mamar o tomar su biberón, debido a que tiene su naricita tapada. Intenta usar la perilla unos 15 minutos antes de alimentar a tu bebé.

Aliviar una nariz congestionada con una perilla de goma funciona mejor con los bebés más pequeños, pero si a tu bebé mayorcito o a tu niño no le importa este procedimiento, puedes hacerlo también.

Qué necesitas:

Una perilla de goma
Solución salina (agua salada). Puedes comprar botellas de gotas a base de solución salina en la farmacia o bien, puedes prepararla tú misma.

Las gotas de solución salina (o los aerosoles nasales, que se pueden usar en niños mayores de 2 años) se venden en la farmacia sin receta médica.

Si quieres preparar en casa una solución salina casera, aquí tienes la receta de la Academia Estadounidense de Alergias, Asma e Inmunología (AAAAI por sus siglas en inglés): en un vaso limpio, mezcla 3 cucharaditas bien llenas de sal y 1 cucharadita de bicarbonato. (Usa sal sin yodo o conservantes, ya que estos pueden irritar la mucosa nasal.)

Disuelve media cucharadita de la mezcla de sal y bicarbonato en 4 onzas (120 ml) de agua tibia.

Precaución: Usa solo agua destilada o esterilizada, o agua de la llave que hayas hervido durante tres a cinco minutos y enfriado. El agua de la llave podría contener microorganismos que pueden sobrevivir en el interior de la nariz y provocar infecciones serias. Las bacterias pueden proliferar en la solución, así que no la guardes durante más de 24 horas.

Cómo usar la perilla de goma:

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Inclina suavemente la cabeza de tu bebé hacia atrás o acuéstalo boca arriba con una toalla doblada como rollito debajo de su cabeza.
Gotea 2 o 3 gotas en cada fosa nasal para reblandecer y despegar la mucosidad. Intenta mantener la cabeza de tu niño hacia atrás durante unos 30 segundos (o menos si es bebé).
Presiona la perilla e inserta con suavidad la punta en su fosa nasal. Algunos doctores recomiendan además, tapar con suavidad la otra fosa nasal con tu dedo para que la perilla succione mejor.
Suelta lentamente la presión de la perilla para que recoja el máximo de mucosidad y de solución salina.
Retira la perilla de su nariz y presiónala de nuevo para soltar la suciedad en un pañuelo.
Limpia la perilla y repite con la otra fosa nasal.
Repite el proceso si es necesario.

No aspires la nariz de tu bebé más de unas cuantas veces al día porque podrías irritar sus membranas nasales. Tampoco uses la solución salina durante más de cuatro días seguidos porque pueden resecar sus fosas nasales, y eso podría empeorar aún más su congestión nasal.

También puedes usar la perilla sin la solución nasal. Presiona la perilla para sacarle el aire e inserta con suavidad la punta en su fosa nasal. Luego, deja salir el aire lentamente de la perilla para succionar el moco. Saca la perilla de la nariz del niño y límpiala echando el moco en un pañuelo.

Si tu bebé se encuentra muy incómodo con el uso de la perilla, usa solamente la solución salina y limpia suavemente la entrada de las fosas nasales con un bastoncillo (o cotonete) de algodón. Ten cuidado de no meter el bastoncillo dentro de sus fosas nasales.

Mira nuestro video sobre cómo limpiarle la nariz a tu bebé con una perilla de goma.

Precauciones:

No uses descongestionantes nasales en forma de aerosol (spray) en tu bebé o niño pequeño. Los doctores no los recomiendan para niños menores de 6 años y por lo general, tampoco para niños más mayorcitos. Los descongestionantes nasales no son eficaces y a la larga pueden ser contraproducentes, porque pueden causar que la congestión empeore.
Beber más líquido de lo habitual (a partir de los 6 meses)
Cómo ayuda:

Beber mucho líquido contribuye a evitar la deshidratación y ayuda a descongestionar la nariz al diluir las secreciones nasales y facilitar su limpieza.

Qué necesitas:

Leche materna, fórmula y otros líquidos que le gusten a tu hijo

Cómo hacerlo:

Si tu bebé tiene menos de 12 meses, simplemente amamántalo o dale el biberón con mayor frecuencia para mantenerlo bien hidratado. El agua es un buen remedio, pero a lo mejor a tu hijo no le atrae demasiado. Puedes ofrecerle malteadas o licuados de frutas y otras bebidas saludables. Otra opción son las paletas hechas a base de jugo de fruta 100 por ciento natural.

Precauciones:

Si tu hijo es menor de 6 meses, dale solamente leche materna o de fórmula a no ser que tu doctor te indique lo contrario. Los bebitos de esa edad no necesitan agua, e incluso en grandes cantidades podría resultar perjudicial. (Averigua cuándo es recomendable que tu bebé empiece a beber agua).
Caldo de pollo u otros líquidos calientes (a partir de los 6 meses)
Cómo ayuda:

Los líquidos calientes pueden tener un efecto calmante y podrían ayudar a aliviar la congestión. Varios estudios han demostrado que el caldo de pollo alivia síntomas del resfriado como los dolores musculares, la fatiga, la congestión y la fiebre.

Qué necesitas:

Leche materna o de fórmula, jugo de manzana, agua, sopa, infusión de manzanilla (si tu niño tiene más de 6 meses)

Cómo usarlos:

Sirve estos líquidos tibios, no calientes.

Precauciones:

Consulta con tu médico antes de probar nuevas hierbas, aparte de la manzanilla, ya que no todos los productos “naturales” son seguros.

Si tu hijo es menor de 6 meses, dale solamente leche materna o de fórmula a no ser que tu doctor te indique lo contrario. Los bebitos de esa edad no necesitan agua, e incluso en grandes cantidades podría resultar perjudicial. (Averigua cuándo es recomendable que tu bebé empiece a beber agua).
Elevar la cabeza (a partir de 1 año de edad)
Cómo ayuda:

Mantener la cabeza de tu niño elevada mientras descansa le ayuda a respirar con más facilidad.

Qué necesitas:

Toallas o almohadas para elevar la parte superior del colchón, o almohadas para elevar la cabeza de tu niño

Cómo hacerlo:

Si tu hijo duerme en la cuna, coloca un par de toallas o una almohada delgada entre el colchón y el soporte para el colchón. No intentes levantar las patas de la cuna porque podría hacerla inestable.

Si tu hijo duerme en una cama grande, una almohada extra debajo de su cabeza puede servir, pero si se mueve mucho durante la noche, es mejor que eleves el colchón colocando la almohada o varias toallas dobladas por debajo del mismo. Eso crea también una inclinación más suave que las almohadas directamente debajo de su cabeza.

Otra opción: si tu niño mayorcito necesita estar incorporado mientras duerme, quizá lo haga mejor en un sillón reclinable.

Precauciones:

Tanto si duerme en una cuna como en una cama, no exageres demasiado la posición inclinada porque si tu hijo se mueve mucho mientras duerme, podría terminar con los pies por encima de la cabeza, con lo cual este remedio no serviría.
Miel (para niños mayores de 1 año)
Cómo ayuda:

La miel cubre la parte interna de la garganta y produce alivio contra la irritación que provoca la tos. Algunos estudios sugieren que la miel puede aliviar la tos y ayudar a los niños a dormir mejor durante la noche.

Qué necesitas:

Miel
Limón (opcional)

La miel suele endurecerse a temperatura ambiente. Para hacerla líquida, pon un par de cucharadas en un contenedor y caliéntala unos segundos en el microondas o al baño maría de 5 a 10 minutos.

Cómo usarla:

Dale a tu hijo 1/2 o 1 cucharadita de miel. Algunas personas mezclan la miel con agua caliente y le añaden unas gotas de limón, lo que provee vitamina C.

Como la miel es un dulce pegajoso, es importante que le laves los dientes a tu niño después de dársela, especialmente antes de dormir. (Averigua los errores comunes que cometen los padres en cuanto al cuidado dental de sus bebés y niños).

Precauciones:

No le des miel a un niño antes de su primer cumpleaños porque podría causarle una enfermedad poco común y a veces mortal denominada botulismo infantil.
Sonarse la nariz (a partir de los 2 años de edad)
Cómo ayuda:

Eliminar mucosidad de la nariz ayuda a tu hijo a respirar y a dormir con más facilidad y generalmente le hace sentir más cómodo.

Qué necesitas:

Pañuelos desechables muy suaves

Cómo hacerlo:

Muchos niños no pueden sonarse bien la nariz hasta los 4 años de edad, pero algunos pueden hacerlo ya a los 2 años.

Consejos para enseñarle a sonarse la nariz:

Demuéstrale cómo se hace (para algunos niños, esto basta para empezar a hacerlo por sí mismos).
Explícale que el movimiento de sonarse la nariz es como “soplar por la nariz o hacia afuera”.
Enséñale a taparse una de las fosas nasales y a soplar aire por la otra. Un espejo o un pañuelo de papel debajo de la nariz le ayudarán a ver el vaho que crea al soplar por la nariz.
Enséñale a que sople con suavidad porque hacerlo con demasiada fuerza puede lastimar sus oídos.
Cómprale su propio paquete de pañuelos infantiles con colores alegres y dibujos divertidos.
Enséñale a tirar los pañuelos sucios en el cesto de basura y a lavarse las manos después de sonarse.
Es importante que le enseñes que no se frote los ojos después de sonarse la nariz para evitar una infección en los ojos.
Incúlcale a tu niño buenos hábitos de higiene como lavarse las manos o usar un gel desinfectante para que no desparrame los gérmenes.

Si le duele la nariz de tanto sonarse, puedes untarle un poco de vaselina u otro ungüento seguro para niños, en la entrada de las fosas nasales.
Recipiente Neti o Ricornio (mayores de 4 años)
Cómo ayuda:

A través de los recipientes Neti, la solución salina pasa por las fosas nasales para ablandar, diluir y eliminar la mucosidad de la nariz. Se podría decir que es una forma de irrigación nasal.

De acuerdo a un reporte europeo, un grupo de investigadores estudió a 400 niños, entre los 6 y 10 años de edad, y encontraron que los descongestionantes nasales en forma de aerosol fabricados con agua de mar mejoraron los síntomas del resfriado, más rápido que los medicamentos estándares.

No se sabe a ciencia cierta si el agua de mar simplemente ayuda a aclarar la mucosidad, o si hay otras sustancias benéficas en el agua. Aunque otros científicos que analizaron la efectividad de las soluciones salinas nasales también demostraron que estas tienen algunos beneficios.

Qué necesitas:

Un recipientes Neti: son parecidos a las teteras para servir el té o a las vasijas muy pequeñas, que sirven para regar las plantas a mano. Suelen ser de cerámica o metal, y están disponibles en las farmacias, en las tiendas que venden productos naturales y en línea.
Solución salina comprada o casera. Si la preparas tú misma, sigue la receta que mencionamos arriba en la sección sobre el uso de soluciones salinas y perillas de goma.

Precaución: Usa solo agua destilada o esterilizada, o agua de la llave que hayas hervido durante tres a cinco minutos y enfriado. El agua de la llave podría contener microorganismos que aunque se puedan beber (el ácido del estómago los destruye), son capaces de sobrevivir en el interior de la nariz y provocar infecciones serias.

También es importante que tu niño sea mayorcito para que esté dispuesto a que lleves a cabo este procedimiento, el cual no es doloroso, pero al principio puede sentirse un poco raro. Ten presente que este remedio no es para bebés ni niños pequeños. Algunos niños grandecitos (y adultos) tampoco querrán probarlo. Y aunque algunas personas lo aprecian, a otras les repugna.

Cómo usarlo:

Si nunca lo has usado antes, practícalo tú primero antes de enseñarle a tu niño. También es recomendable que busques videos que demuestren cómo se usa para que veas lo fácil que es.

Aquí tienes los pasos básicos:

Llena el recipiente Neti con la solución salina tibia.
Reclínate ligeramente hacia delante para que tu cabeza quede encima del lavabo. Gira la cabeza hacia un lado, respira por la boca y coloca la punta de la trompa del Rinocornio en una de las fosas nasales. El agua entrará por una fosa de la nariz y saldrá por la otra. (Respira por la boca durante todo el lavado).
Repite los mismos pasos en el otro lado.

Deja que tu niño vea cómo te haces este lavado nasal, y ayúdalo cuando sea su turno. Procura que la cabeza de tu niño esté encima del lavabo. Luego gira su cabeza de lado y coloca la punta de la trompa del Rinocornio en una de sus fosas nasales. El agua pasará a través de las fosas nasales para ayudar a aclararlas. Puede costarte trabajo al principio, pero una vez que lo hagas varias veces, será fácil. (Al principio, quizás quieras practicarlo en la bañera o regadera.)

Precauciones:

Si tu niño protesta y rechaza este remedio, no lo obligues a hacerlo. Es importante que sea un procedimiento suave para prevenir que el niño se traume y también para evitar daños en sus fosas nasales, en caso de que se mueva mucho.

Usa solo agua esterilizada, o hervida y enfriada, para reducir el riesgo de infección. (Lee la nota de precaución más arriba.)

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