Sobrepeso y obesidad complican control de asma

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Sobrepeso y la obesidad son enfermedades crónicas responsables en gran porcentaje de otros padecimientos como diabetes, cardiopatía isquémica y ciertos tipos de cáncer.

Nuevas evidencias apuntan a que el sobrepeso y obesidad también generan una proporción significativamente mayor de pacientes con asma no controlada.

Los niños con obesidad sufren mayores riesgos de fracturas e hipertensión, además de que presentan tempranamente marcadores de enfermedades cardiovasculares, resistencia a la insulina, problemas psicológicos y, además, dificultades respiratorias que les impiden llevar una vida normal. Adicionalmente, tienen alta probabilidad de presentar, en la edad adulta, muerte prematura y algún tipo de discapacidad, afirmó el Dr. Jorge Iván Rodríguez Martínez, neumólogo pediatra del Centro Médico Coyoacán.

Con motivo del Día Mundial de la Obesidad, que se celebra cada 12 de noviembre, el también profesor titular del curso de Actualización de enfermedades pulmonares y terapia respiratoria en la Universidad Nacional Autónoma de México, destacó la importancia de controlar el sobrepeso y la obesidad (SyO) en los pacientes con asma, ya que diversas investigaciones señalan una relación directa entre ambas condiciones.

Por ejemplo, en un estudio realizado en Chile los investigadores, encabezados por el doctor Alberto Vidal, buscaron medir el impacto del SyO en 219 menores de edad (60.3% varones y 39.7% féminas) con asma persistente y SyO en el 63.5% del grupo total. Entre las principales conclusiones encontraron es que los menores con sobrepeso y obesidad tenían una proporción significativamente mayor de descontrol tanto en pruebas respiratorias como en la función pulmonar en comparación con los infantes dentro de su peso normal.

En México, otro grupo de investigación buscó establecer la asociación entre asma y obesidad en adultos. Para ello, compararon varios grupos de personas: con asma controlada, con y sin obesidad; obesas sin asma y personas sanas. Al final, observaron que la obesidad sí disminuye la capacidad de todos los individuos para hacer ejercicio intenso de corta duración y que esto favorece el estado alterado (inflamatorio basal sistémico) de los conductos respiratorios. Por el contrario, la actividad física de corta duración que se va incrementando gradualmente, disminuyó la presencia de las sustancias (citocinas pro-inflamatorias) relacionadas con el asma.

El Dr. Rodríguez Martínez explicó que el asma es una enfermedad crónica que, bajo diversas condiciones o estímulos, sensibiliza y provoca hinchazón en las vías respiratorias, reduciendo con ello el flujo del aire. Esto provoca una agudización de síntomas como sensación de ahogo (disnea), tos, flemas y opresión en el pecho, los cuales se conocen como exacerbaciones o crisis asmáticas, y pueden presentarse en el largo plazo; es decir, volverse crónicos.

En la actualidad, para entender mejor la enfermedad, se habla de fenotipos o formas de presentación de la misma, uno de los cuales es el asma por obesidad debido, a que en las personas con sobrepeso u obesidad, se generan sustancias que activan el sistema parasimpático causante que el músculo liso se contraiga.

Debido a las dos formas –aguda y crónica– en que puede manifestarse clínicamente el asma, los neumólogos cuentan con dos tipos de fármacos; los primeros llamados de rescate o de corta acción que se utilizan para aliviar y detener rápidamente las crisis mientras que los segundos buscan controlar el padecimiento a largo plazo y prevenir la aparición de los síntomas agudos.

En este sentido, sostuvo que el asma es un problema de salud pública que puede controlarse con el tratamiento adecuado, y aseguró que en adultos y niños el uso de broncodilatadores que combinan salbutamol y bromuro de ipratropio es actualmente la terapia de rescate y de mantenimiento de primera elección en el manejo del asma, ya que al abrir rápidamente los bronquios permite un mayor flujo de aire y, por tanto, un alivio inmediato de los síntomas.

Y para tratar y controlar el asma en los mayores de edad, en el largo plazo, recientemente se sumó al arsenal terapéutico tiotropio, el broncodilatador anticolinérgico de acción prolongada de mayor experiencia clínica con pacientes en el mundo, el cual se espera esté próximamente disponible para los menores de edad quienes, a pesar de contar ya con un tratamiento, continúan sintomáticos.

De hecho, “tiotropio está incluido en las guías GINA (Global Iniciative For Asthma) con base en estudios de investigación que demuestran su tolerabilidad, seguridad y eficacia al ofrecer al paciente con asma beneficios superiores sobre su función pulmonar, ayudándolo a disminuir las exacerbaciones y la tolerancia al ejercicio”, refirió.

Señaló que en la actualidad el uso de estos fármacos es más sencillo para niños o adultos gracias a innovadores dispositivos (como Respimat) que liberan la medicación lenta y suavemente, facilitando así la inhalación directa hacia los pulmones, lo que ofrece rápido alivio de los síntomas con efecto prolongado (24 horas). Además, este tipo de dispositivos son ideales porque, al ser más cómodos y discretos, logran que el paciente se apegue al tratamiento, sobre todo si son menores de 12 años.

Otros estudios realizados en adultos con asma y obesidad han demostrado que los programas de reducción de peso basados en dietas bajas en calorías, así como algunas técnicas de cirugía bariátrica logran disminuir la percepción de falta de aire (disnea), la medicación de rescate y mejoran la función pulmonar.

“Con una correcta educación de los pacientes, tanto pequeños como adultos, un buen plan de tratamiento del asma y una reducción del sobrepeso u obesidad, las familias pueden aprender a controlar los síntomas crónicos y las crisis asmáticas sin tanta ayuda, haciéndolos que lleven una vida normal y sin limitaciones”, concluyó el neumólogo pediatra Jorge Iván Martínez Rodríguez.

Fuente:
cronica.com.mx

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