La mayoría de las personas tiene un sangrado nasal en uno u otro momento. Estos suelen ocurrir con frecuencia en los niños pequeños y en los ancianos. El sangrado generalmente deriva de una gripe, de una infección de los senos paranasales, del aire seco, de una costra que se mueve o del consumo de ciertos medicamentos como los esteroides nasales.
Los sangrados nasales o epistaxis, es la pérdida de sangre del tenido que recubre la nariz y por lo general ocurre en una sola fosa nasal. Estos se presentan con mayor frecuencia durante la temporada de frío, en invierno.
Pueden presentarse cuando el aire está seco o muy frío, por irritación causda por alguna alergia, resfriado o problemas sinusales, por algún golpe o traumatismo, por sonarse fuerte o hurgarse (rascarse) la nariz con mucha fuerza, por el abuso de los aerosoles para descongestionar o por el uso de algunas drogas inhalables como la cocaína.
La mayoría de las veces el sangrado se origina en la parte delantera de la nariz, a lo que se conoce como hemorragia nasal anterior. Otro tipo, el que se produce en la parte trasera, se conoce como hemorragia nasal posterior y suele deberse a hipertensión o a una lesión en el rostro.
Un sangrado ocasional de la nariz no es motivo de preocupación ni tampoco son peligrosos, aunque posiblemente desee hablar con el médico si los sangrados se vuelven regulares y molestos.
La mayoría de los sangrados nasales son fáciles de tratar con unos pasos simples. Ante todo, asegúrese de estar sentado. Eso disminuye la presión en las venas de la nariz, lo que lentifica el flujo de la sangre. Inclinarse apenas hacia adelante permitirá evitar que trague sangre. Suénese la nariz con suavidad una o dos veces para desalojar cualquier coágulo sanguíneo. Luego, presione la parte delantera y suave de la nariz entre los dedos pulgar e índice. Hágalo durante 5 minutos aproximadamente. La presión debe detener el flujo de la sangre. Repítalo durante 10 minutos, en caso necesario.
A fin de impedir que el sangrado empiece nuevamente, durante unos días no se meta el dedo en la nariz ni se suene, no puje y tampoco se agache por varias horas. Busque atención médica pronto si el sangrado deriva de una lesión en la cabeza o de un accidente, o en caso de que no se detenga después de 30 minutos.
Para ayudar a prevenir futuros sangrados nasales, mantenga húmedo el revestimiento interior de la nariz. Aplíquese regularmente la jalea de petróleo dentro de la nariz con un hisopo de algodón, hasta tres veces diarias. Un espray nasal de solución salina también puede servir para humedecer las membranas nasales secas. Además, usar un humidificador para humedecer el aire de la casa también puede ser útil.
La epistaxis no es peligrosa pero si las hemorragias se repiten con regularidad pueden ser señal de un padecimiento de los senos paranasales o por hipertensión arterial, por lo que es importante consultar con un médico. También es necesario buscar ayuda profesional si persiste durante más de 15 minutos o si la hemorragia es a consecuencia de un golpe u otro tipo de lesión ya que puede ser síntoma de una fractura.
Si usted tiene sangrados nasales recurrentes, consulte al médico las medidas que puede tener en cuenta para evitarlos. Si se está agripado es mejor sonarse con suavidad y si está reseca la nariz, el uso de una pomada lubricante puede ayudar. En caso de tomar anticoagulantes, el médico puede recomendarle ajustar la dosis.
Fuente:
cronica.com.mx



