Infancia mexicana, en riesgo

0

El futuro de tus hijos está en manos de la industria refresquera y de alimentos procesados, de ti depende permitir que su desarrollo sea enfermizo o que construya un entorno sano.

Los niños sólo tienen acceso a bebidas endulzadas y productos industrializados mediante el consentimiento (voluntario o no) de sus padres, por lo que es ineludible la responsabilidad que ellos tienen de su sobrepeso, obesidad o cualquier otra enfermedad.

Si bien es cierto que es difícil escapar al “medio obesogénico” en el que vive el mexicano, los jefes del hogar deben hacer un esfuerzo extra para educar sanamente el paladar de sus hijos, ya que en una tienda de conveniencia o cadena de supermercados los productos naturales son quizá los únicos que no atentan en ninguna medida contra la salud del consumidor.

La primera parte de la educación del paladar de los niños es la lactancia materna, en el caso de que este periodo no se haya cumplido, o no en su totalidad, al menos durante seis meses, los jefes del hogar están más obligados a vigilar la alimentación de sus hijos, ya que ellos comienzan la vida con desventajas que los predisponen a desarrollar enfermedades, entre ellas la obesidad.

Educar sanamente al paladar de los niños implica romper con patrones socioculturales, pues en favor de su salud se tiene que renunciar a costumbres como celebrar fiestas infantiles con refrescos, frituras y dulces de todos colores y sabores. Cabe destacar que mantener costumbres como ésta, arraiga ideas erróneas en la mente de los niños, como por ejemplo: “si voy a festejar tengo que comer y beber lo que hace daño”.

Además de perpetuar costumbres nocivas, permitir que los niños consuman jugos artificiales, refrescos y alimentos procesados provoca que el cerebro infantil trabaje a niveles inferiores a su capacidad. En este sentido, el doctor José Figueroa, profesor de Neuroanatomía de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la UNAM asemejó a los productos de origen natural y a los procesados con las gasolinas, pues mientras los primeros serían combustibles de buena calidad, los procesados harían lento el movimiento del motor.

Modelo preventivo. El término “medio obesogénico” se refiere al entorno comercial que rodea a los mexicanos con productos de alto contenido calórico, grasas saturadas y pocos o nulos nutrimentos. Educar sanamente el paladar de los niños implica enseñarlos a evitar estos productos y bebidas y sólo alimentarse con lo que se prepara de manera casera. En este sentido, los jefes de familia tendrán que seleccionar la mejor materia prima para elaborar la comida de sus hijos.

Si el argumento o justificación para que esto no se lleve a cabo es la falta de tiempo, entonces será difícil evitar que los niños se conviertan en parte de las estadísticas negativas de salud en el país, pues ellos eligen lo que consumen con base en lo que ven con otros infantes y las preferencias que dictan los diferentes medios de comunicación.

Permitir que siga el éxito de las estrategias de comunicación de la industria de bebidas endulzadas y productos procesados será una de las causas por las que prevalecerán los problemas de sobrepeso y obesidad en la población infantil, así en menos de dos décadas podrá haber mexicanos menores a los 30 años amputados, con ceguera y males cardiovasculares, entre otros.

Proteger de este tipo de riesgos sanitarios a los hijos de México, es tarea de los jefes del hogar, ya que así no solo se anticiparán a la aparición de enfermedades como la diabetes, sino que los niños podrán crecer con mejores herramientas fisiológicas que permitirán su desarrollo. Por ejemplo: si no se consumen alimentos procesados, se evita el deterioro del sistema digestivo y por ende del sistema inmunológico, por lo que los infantes tendrán mejores defensas ante las enfermedades.

Incluso, si se lograra esto en el hogar, la familia mexicana tendría un ahorro sustancial, tanto en dinero como en tiempo y calidad de vida, ya que el director general del Instituto Mexicano del Seguro Social, Mikel Arriola, indicó que un paciente con complicaciones de diabetes, por ejemplo, le cuesta a la institución la cantidad de 230 mil pesos anuales, esto además de las horas de atención de familiares y especialistas.

Aprender técnicas de alimentación económicas, rápidas y nutritivas para proteger la salud de los hijos es tarea que sólo cumplirán de manera incondicional las cabezas del hogar.

¿Dónde acudir?:

No a la obesidad.
Aprende en línea y de manera gratuita técnicas para evitar el sobrepeso y obesidad.
Sitio: www.noalaobesidad.df.gob.mx

México produce.
Identifica los productos mexicanos que nutren y construyen tu salud.
Sitio: www.mexicoproduce.mx

Salud a tu día.
Cursos y talleres que enseñan a prevenir la diabetes y a llevar una alimentación saludable.
Sitio: www.saludatudia.org

El Poder del Consumidor.
Información crítica que detalla la calidad de los productos que nos llevamos a la boca.
Sitio: www.elpoderdelconsumidor.org

Fuente:
cronica.com.mx

(Visited 1 times, 1 visits today)