¡Cuidado! No bebas si vas a conducir

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Empiezan las fiestas de fin de año y los brindis ser hacen obligatorios para desear todo tipo de bienestar a los que nos rodean, en la familia, el trabajo y con los amigos. Pero con ello se incrementa el riesgo de tener un accidente cuando las bebidas alcohólicas se convierten en el centro de los festejos y no sabemos controlar su consumo.

Los incidentes viales relacionados con la conducción de vehí­culos en estado de ebriedad son un uso nocivo del alcohol y el riesgo de sufrir un siniestro mortal es 17 veces mayor para una persona que conduce bajo estas condiciones de acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Es por ello que la Fundación de Investigaciones Sociales A.C. (FISAC) propone el trabajo de prevención interinstitucional, que se ha realizado con el Programa nacional de alcoholimetrí­a Conduce sin alcohol como modelo a seguir en México, ya que se ha involucrado al gobierno, iniciativa privada y sociedad civil para desarrollar estrategias encaminadas a un mismo objetivo: œsalvar vidas.

En un análisis que FISAC realizó en colaboración con Global Mind de 1997 a 2015 sobre los accidentes vehiculares relacionados con el consumo de alcohol, con base en datos del INEGI, se encontraron los siguientes hallazgos:

Los accidentes asociados al consumo de bebidas alcohólicas han pasado de representar el 12% en 1997; 15% en el año 2000 y, finalmente, al 6% en el año 2015.

En el año 2001 se registró una tasa de 61 accidentes positivos en consumo de alcohol por cada 100 mil habitantes. Para el año 2015 fue de 18 accidentes positivos en consumo de alcohol por cada 100 mil habitantes, lo que representó la vigésima parte del valor de la tasa de accidentes totales vs población.

En nueve de cada diez casos, los accidentes corresponden con una falla humana, regularmente asociada a los excesos de velocidad (la distracción con teléfonos celulares al conducir es una causa que aíºn no se mide). Entre el resto de las razones (45%) destaca la mala condición de las vialidades (2.4%), errores de peatones o pasajeros (1%), y fallas de los vehí­culos (0.8%).

El Programa Nacional De Alcoholimetrí­a Conduce Sin Alcohol ha mostrado ser una de las medidas más costo-efectivas, ya que en tres años (2014 a 2017) redujo en aproximadamente 35% el níºmero de accidentes de tránsito ocasionados por manejar y tomar.

Sin embargo, es importante continuar con éstas y otras acciones preventivas para lograr la meta de cero muertes por alcohol al volante, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere algunos elementos fundamentales: firme compromiso polí­tico en la prevención del alcohol al volante; legislación que defina con claridad los niveles de CAS* (Concentración de alcohol en sangre) para conducir y las sanciones correspondientes por infringir la ley; la aplicación de œbuenas prácticas; campañas de concientización y educación que ayuden a modificar las actitudes con respecto a la conducción bajo los efectos del alcohol.

Las personas deben conocer las leyes vigentes, además de ser conscientes de las razones del por qué beber y conducir es un comportamiento temerario y con ello percibir el alto riesgo al que se exponen; involucrando en ocasiones a terceros (conductores, peatones, ciclistas, motociclistas).

No olvidemos que aíºn en cantidades relativamente pequeñas, el conducir cuando se ha bebido, aumenta el riesgo de verse relacionado en incidentes viales que pueden ser totalmente evitables si seguimos la recomendación de #CeroAlcoholYVolante.

Fuente:
cronica.com.mx

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