El sistema inmunológico funge como una barrera protectora que se encarga de evitar que sustancias potencialmente dañinas ingresen al cuerpo. Además de ello, elimina y destruye aquellas amenazas que están en nuestro organismo y nos defienden de enfermedades y agentes infecciosos como bacterias, hongos, parásitos y virus que se encuentran en el medio ambiente.
De acuerdo con estudios clínicos, ciertos factores pueden influir negativamente en el sistema inmunológico, incluidos el estrés crónico, el sedentarismo, la falta de sueño, la contaminación ambiental o las afecciones médicas que uno pueda tener.
Algunas investigaciones han demostrado que la desnutrición y las deficiencias específicas de zinc, selenio, hierro, cobre, ácido fólico y vitamina A, B6, C y E, tienen notable influencia en las respuestas menos efectivas del sistema inmunológico. El sobrepeso u obesidad también pueden debilitar su respuesta.
La Asociación Americana de Dietética (ADA, por sus siglas en inglés) establece que, llevar una dieta equilibrada y saludable, es fundamental para tener un buen sistema inmune. La doctora Susan Bowerman, directora del Consejo de Nutrición de Herbalife Nutrition, menciona que el consumo de frutas y verduras es clave para el sistema inmunológico porque brinda una gran cantidad de vitaminas y fitonutrientes, mismos que ayudan a promover la salud ya que actíºan como antioxidantes.
Actualmente, la mala nutrición nos lleva a excesos y deficiencias, por lo que una oportuna suplementación se vuelve una forma práctica y efectiva de garantizar que se satisfagan las necesidades nutricionales para poder fortalecer el sistema inmunológico.
Es por ello que, debemos asegurarnos que, dentro de la suplementación para cuidar nuestro sistema inmunológico, estén presentes las vitaminas C, D y el zinc. El consumo de probióticos es igual de importante, ya que juega un papel fundamental en la salud intestinal y mantiene nuestras bacterias buenas mucho más activas, siendo esta parte de la defensa del sistema inmunológico.
Hay que enfocar todos nuestros recursos para mantenernos fuertes. ¿Cómo? Llevando a cabo una alimentación balanceada, una correcta hidratación y suplementación, haciendo ejercicio y descansando las ocho horas recomendadas para los adultos y adolescentes.
Fuente:
cronica.com.mx