Saturnismo: La intoxicación por plomo, un riesgo que pesa mucho

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El saturnismo es una enfermedad a la que se da poca importancia y que es provocada por la intoxicación por plomo, metal al que estamos expuestos todo el tiempo y que perjudica mucho la salud integral, sobre todo la de los niños que llegan a absorber hasta un 50% del plomo atmosférico, mientras que los adultos absorben aproximadamente el 20%.

Los más perjudicados por la intoxicación con plomo, son los fetos en desarrollo, los bebés y los niños pequeños que se ven perjudicados en su crecimiento y desarrollo, aíºn con cantidades mí­nimas en su inhalación o ingesta.

En la actualidad hay mucho control sobre ciertas sustancias que contienen plomo, sin embargo, las cantidades existentes en el aire y ciertos lugares cercanos a fábricas y obras en construcción, siguen haciendo del plomo, uno de los contaminantes ambientales de más riesgo para la salud.

El problema es que el plomo se va acumulando en la sangre y otros órganos vitales como el corazón, los riñones, el hí­gado y los huesos entre otros y no es fácil eliminarlo rápidamente, lo que va ocasionando daños en su funcionamiento.

La eliminación por medio de la orina del plomo acumulado en cerebro, hí­gado o riñones, mediante un tratamiento adecuado y una alimentación rica en calcio, zinc y hierro, se pueden llegar a eliminar entre 4 y 6 meses, si la persona no sigue en contacto con el metal. Pero cuándo el plomo se incrusta en los huesos, el tiempo de eliminación es hasta de 25 años.

¿DE Dí“NDE PROVIENE EL PLOMO? El plomo proviene principalmente de la gasolina y productos de combustión, de artí­culos de barro vidriado que se utilizan para preparar o servir alimentos, de latas con soldadura de plomo que tienen una unión remachada, de algunas pinturas, juguetes, lápices y colores cubiertos con pintura que contiene plomo y de la tierra contaminada con este metal.

Muchas acciones se han tomado al respecto para reducir las cantidades de plomo en el ambiente: el contenido de la gasolina Nova se ha reducido considerablemente y en la Magna Sin se ha eliminado casi por completo.

Los métodos tradicionales para elaborar vajillas a base de vidriado con plomo han sido sustituidos por procesos que no lo requieren o evitan su desprendimiento.

La latas para envasado de alimentos y bebidas ya no se sellan con soldadura de plomo y en las pinturas, lacas, esmaltes y barnices empleados en los juguetes, lápices, muebles y otros materiales, se ha eliminado el uso de pigmentos.

El plomo también puede desprenderse de las tuberí­as o de los artí­culos de latón y de las emanaciones de fábricas que trabajan con vidrio, fundidoras de metales que contienen plomo y otras industrias.

Las partí­culas de plomo que se emiten al aire a partir de las distintas fuentes se depositan en los alimentos que se venden en la ví­a píºblica, en tinacos de agua destapados o mal tapados y en el suelo, incorporándose nuevamente al aire cuando sopla el viento.

Las verduras y frutas también se contaminan si se riegan con aguas de desecho o se cultivan cerca de carreteras con algo tráfico vehicular.

RIESGOS A LA SALUD. El plomo penetra a nuestro organismo por las ví­as respiratorias y digestiva y como no se deshecha, ser va acumulando de tal forma que cuando las cantidades son altas, interfieren con diversas actividades de las enzimas, sobre todo las que tienen que ver con el crecimiento y desarrollo mental.

Una intoxicación grave durante la infancia puede producir daños neurológicos y renales severos, anemia e incluso la muerte.

Si es moderada, afecta el desempeño fí­sico e intelectual de tal forma que los trastornos en el aprendizaje y la conducta son irreversibles y pueden ocasionar hasta retraso mental. La presencia de plomo en el organismo ocasiona malestar estomacal, vómito, convulsiones, marcha anormal, dolores de cabeza, irritabilidad e hiperactividad.

En los niños expuestos al plomo se ha comprobado que hay un reblandecimiento de tejidos tan importantes como son los del cerebro, riñón, hí­gado y huesos.

Cuando el metal se acumula en los huesos, impide el crecimiento y cuando lo hace en el cerebro, puede ocasionar ataques epilépticos, estado de coma e incluso la muerte.

En los adultos, los niveles de plomo pueden ocasionar hipertensión arterial, dolor de cabeza, pérdida de apetito, malestar intestinal, pérdida de la memoria, marcha anormal y un sabor metálico en la boca.

Durante el embarazo es muy peligroso para el feto y para la madre, ya que puede ocasionar abortos espontáneos, defectos congénitos graves e incluso la muerte del feto.

Las personas con mayor riesgo son los trabajadores de las gasolineras, de fábricas que utilicen este metal , de la industria automotriz, fundidoras de plomo, preparadores de alimentos callejeros y trabajadores en la calle.

Las madres que están lactando y contienen altas concentraciones de plomo en su sangre y huesos, deben evitar dar de lactancia a sus hijos e hijas, porque el organismo no elimina entre el calcio y el plomo, que le está proporcionando a través de su leche.

SíNTOMAS Y SIGNOS

La intoxicación por plomo puede provocar:

– Disminución en ciertas facultades mentales, lo que no siempre es fácilmente detectable.

-Malestar estomacal.

– Vómitos.

– Dolores de cabeza.

– Irritabilidad.

– Pérdida del apetito.

– Debilitamiento general.

– Hiperactividad con tendencia a la agresividad, sobre todo en los niños.

En los adultos puede provocar:

– Hipertensión arterial.

– Dolores de cabeza.

– Pérdida de apetito.

– Malestar intestinal.

– Pérdida de memoria.

– Marcha anormal, como si los pies pesaran mucho.

– Sabor metálico en la boca.

Por lo que debe evitar estar con contacto con el plomo lo más que se pueda.

Diagnóstico

Si existen los sí­ntomas y los factores de riesgo mencionados, es importante acudir con un médico para que realice un simple examen sanguí­neo que detecte la presencia de plomo en la sangre y los niveles existentes.

Actualmente se acepta un lí­mite de plomo en la sangre de hasta diez microgramos por decilitro. No obstante, ya se reconoce que desde cinco microgramos hacia arriba se pueden detectar sí­ntomas leves.

Si el examen de sangre revela la presencia de más de diez microgramos de plomo por decilitro de sangre, indica que la persona padece saturnismo o intoxicación por plomo.

Los enfermos que presentan arriba de los 40 microgramos por decilitro de sangre, ya presentan daños neurológicos y anemia y los que tienen arriba de los 80 microgramos, presentan convulsiones, pueden entrar en estado de coma por la afectación de los riñones y el hí­gado y daños neurológicos importantes como retraso mental.

Cuánto se piensa que el riesgo es muy grande para la madre, antes del embarazo se recomienda que se realice este examen para que se tomen las medidas preventivas adecuadas y se proteja al bebé.

TRATAMIENTO. Una vez que el examen de sangre indica la presencia de alta concentración de plomo en sangre, se deben realizar las medidas indicadas por el médico. La intoxicación ligera se puede controlar con un fármaco que se pega al plomo y lo elimina por medio de la orina.

La intoxicación más severa requiere de otros medicamentos intravenosos y en todos los casos de medidas higiénicas y dietéticas que reduzcan o eliminen las fuentes de adquisición y contrarresten el plomo ya existente en el torrente sanguí­neo.

Entre los alimentos a consumir deben incorporarse los que contienen calcio para fortalecer los huesos y hierro para evitar la anemia.

En casos severos el paciente es tratado con quelantes, compuestos que se unen al metal y que ayudan a eliminarlo por medio de la orina.

Fuente:
cronica.com.mx

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