¿Estás deprimido en estos momentos? Espera a que lleguen las fiestas de fin de año

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Cuando mi tí­o murió en marzo después de una larga enfermedad, su familia dijo que celebrarí­an un servicio conmemorativo una vez que todos pudieran reunirse nuevamente. El servicio será este sábado. No estaré allí­ y, lo que es más importante, tampoco mi madre, su hermana mayor. El viaje de mil kilómetros es demasiado peligroso para ella.

Por el otro lado de la familia, mi prima estaba planeando una fiesta en octubre para celebrar el cumpleaños níºmero 90 de mi tí­a. Ahora lo está posponiendo hasta su cumpleaños níºmero 95.

Las polí­ticas píºblicas y las proclamaciones polí­ticas se centran correctamente en los aspectos médicos y económicos del COVID-19, sus efectos materiales. Pero la pandemia también ha tenido un costo psicológico, social y espiritual.

Las personas han enterrado a sus seres queridos sin funerales, han cancelado viajes de aniversario y se han perdido los nacimientos de sus nietos. Han pospuesto bodas y propuesto matrimonio a través de Skype. Han cancelado reuniones familiares y se perdieron la misa de Pascua.

Entre ahora y fin de año, las cosas solo empeorarán. Desprovistos de la expectativa de reunirse con amigos, las compras previas al regreso a la escuela ya no son un ritual de optimismo y nuevos comienzos, ya que tanto niños como padres temen a la posibilidad de más lecciones en casa.

Las altas fiestas judí­as no incluirán grandes cenas familiares ni lugares de culto repletos. œEstamos planeando que las ceremonias de las altas fiestas de nuestra ˜congregación™ se realicen en Zoom con míºsica pregrabada, escribió el profesor retirado de lingí¼í­stica Geoffrey Nathan en un hilo de Facebook. No es una forma esperanzadora de comenzar el nuevo año.

Y olví­date de pedir dulces y de las fiestas en Halloween. Esos divertidos rituales de otoño no son compatibles con las precauciones pandémicas.

Tampoco los que marcan la temporada de festividades de fin de año, que se extiende desde el Dí­a de Acción de Gracias hasta el Año Nuevo.

En 2019, más de 55 millones de estadounidenses viajaron al menos 80 kilómetros por el Dí­a de Acción de Gracias. Las canciones más tradicionales son œWe Gather Together (œNos reunimos) y œOver the River and Through the Woods(œContra viento y marea). Es una festividad que se celebra uniéndose. Su significado depende de reunirse alrededor de una mesa festiva.

No este año. œEste será el primer Dí­a de Acción de Gracias en 20 años que no volamos a Maryland para ver a mi familia, me dijo un amigo de Los íngeles. œEso es particularmente difí­cil, ya que esta será la primera temporada de fiestas desde que falleció mi padre. Es deprimente, sinceramente.

Cuando Walmart y Target anunciaron recientemente que mantendrán las tiendas cerradas el Dí­a de Acción de Gracias, no se referí­an a una temporada festiva más significativa y menos materialista. Anticipaban exactamente lo contrario: un otoño e invierno solitarios, desprovistos de rituales y reuniones que dan a la temporada su resonancia emocional.

El Black Friday es más que una bonanza minorista o un frenesí­ consumista. Es una celebración. Para muchos estadounidenses es una forma de entrar en el estado de ánimo estacional: salir con amigos y familiares y anticipar la Navidad.

El impacto médico y económico del COVID-19 es notoriamente desigual. Su costo psicológico no es comparable.

Incluso si estás sano, tienes un empleo bien remunerado, una gran casa, una creciente cartera financiera y no tienes tareas escolares en el hogar, no puedes organizar una gran cena para celebrar Rosh Hashaná o visitar a tu familia extendida para el Dí­a de Acción de Gracias. Tampoco puedes ir a cantar villancicos la ví­spera de Navidad o a una presentación del Mesí­as de Handel. Todo ese canto es peligroso.

No importa cuán aislado estés de los efectos médicos y económicos de la pandemia, al final sí­ sientes sus repercusiones sociales.

œLa Navidad no será Navidad sin regalos, se queja Jo en la fila para entrar a Little Women. Este año, la Navidad no será Navidad sin reuniones presenciales.

Un resultado del distanciamiento social durante las fiestas podrí­a ser que se compren más regalos. Incluso sin la excusa de una festividad, las compras espontáneas en lí­nea ya se han convertido en una forma de mostrar amor en cuarentena. œEstoy comprando regalos todo el tiempo, platica un amigo de Nueva York que regala alimentos especiales de Goldbelly en abundancia a sus hijos adultos, ya sea que vivan cerca o lejos.

Junto con la comida, los tapabocas son regalos populares para la pandemia, al igual que los libros y juguetes para mantener entretenidos a los niños en el hogar. Hace poco pedí­ un rompecabezas a la tienda del Museo de arte del condado de los íngeles para mi madre amante del arte que, como muchas almas confinadas en casa, ha adquirido el hábito de armar rompecabezas.

Al igual que los museos, las bibliotecas están cerradas, lo que hace que su personal esté tan deprimido como sus clientes. Para animar a sus amigos bibliotecarios de todo el paí­s, Lesley Zavediuk, una bibliotecaria de Greensboro, Carolina del Norte, les ha enviado peluches de Gatos vs. Pepinos, que vio por primera vez en un anuncio de Facebook. œEran divertidos, lindos y baratos, cuenta, œy pensé que harí­an felices a mis amigos ya que todo es terrible todo el tiempo.

Sin reuniones sociales, deportes, actividades culturales ni servicios de culto, y con los lugares de trabajo cerrados, las actividades que dan sentido a una vida saludable pueden ser difí­ciles de encontrar. Saludable o no, ¡ni siquiera puedes acampar en el estacionamiento de Walmart con la esperanza de obtener una ganga para el Black Friday!

A veces, parece que la íºnica actividad significativa aprobada oficialmente es la polí­tica. Organiza una protesta y podrás ver a tus amigos. La semana pasada, la periodista Nancy Rommelmann, de Portland, Oregon, informó sobre como las protestas se han convertido en una forma de vida nocturna, con œuna nueva festividad, bandas de míºsica, quioscos de camisetas y, al costado del tribunal, un espectáculo de luces de alta tecnologí­a con los nombres de las personas asesinadas por la policí­a, así­ como policí­as con cara de cerdo y ojos en x.

Si no quiere salir de casa, siempre puede participar en discusiones polí­ticas en las redes sociales. Eso no es un buen augurio para los próximos meses. Felices fiestas.

Fuente:
elfinanciero.com.mx

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