La dieta alcalina consiste en consumir 80 % de alimentos alcalinos y un 20 % de nutrientes ácidos, pero ¿es realmente una regla saludable?
Cada persona requiere de un proceso individual. Por lo que no existe una regla única para todos. Entre los alimentos alcalinos se encuentran las hortalizas verdes, la zanahoria, las almendras, el aguacate, las algas, los plátanos, entre otros, mientras que los alimentos ácidos son los huevos, la carne roja, el pescado, los mariscos, el yogur, las frutas dulces, el vinagre, la miel, frutas cítricas, entre otros.
Quienes siguen la dieta alcalina consideran que las enfermedades se desarrollan en entornos ácidos, es decir con un pH bajo, por lo que, para prevenirlas, es necesario que se aumente ese pH alcalinizando el organismo mediante la alimentación. También se cree que algunos alimentos alcalinos pueden evitar la acidez en el organismo y se pueden tratar patologías como la obesidad, el cáncer y las enfermedades de origen cardiovascular.
No obstante, no hay evidencia científica que respalde el hecho de que el aumento de alcalinidad se traduzca en mayor salud, a pesar de que quienes siguen esta dieta aseveran tener más energía, digestión más liviana y mayor rendimiento deportivo. Pero, si la dieta no está bien diseñada, puede ser igual de perjudicial para la salud.
TODO DEPENDE DE CADA PERSONA
Es de resaltar que el plan alimenticio ideal y equilibrado está condicionado por las características de cada persona, considerando sus hábitos de vida, su edad, su sexo y el grado de actividad física que mantiene, además del contexto cultural y la disponibilidad de alimentos.
Por ello, es tan necesario consultar con un experto para seguir un proceso guiado y estar seguros de llevar una dieta balanceada. En todo caso, muchos nutricionistas sugieren combinar alimentos de diferentes colores, ya que así la persona se asegura de estar ingiriendo diferentes nutrientes y si estos alimentos son frescos, mejor.
Asimismo, es importante no obsesionarse con lo que se está comiendo, ni seguir dietas restrictivas, así como tampoco es recomendable todo el tiempo cohibirse de alimentos que a la persona le gusten. Pues, no existen fórmulas mágicas ni dietas milagrosas, ya que cada persona es diferente y los procesos son individuales.
Fuente: mundiario.com