Ya nomás falta Halloween, Día de Muertos, las posadas, Navidad y se acabó el año. ¿A poco no se te antoja un pan de muerto bien esponjoso, amasado y acompañado de una taza de café ‘calientito’, atole o leche, según sea tu preferencia, para quitarte el frío?
Ten cuidado, el fin de año se presta para subir de peso. Una persona puede subir entre tres y cinco kilos debido a los ‘atracones’, que implican el consumo de más calorías de las que tu cuerpo requiere, y al sedentarismo que implican las reuniones y demás actividades de fin de año, de acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Debido a la cercanía del Día de Muertos, las panaderías nos llenan la pupila con diferentes tipos de pan de muerto. Los hay rellenos, tradicionales, pan de muerto hecho de ceniza, con cubiertas similares a una concha o con ‘toppings’ cargados de azúcares. Incluso hay unos rellenos de helado o encima de un pedazo de carne para simular una hamburguesa.
Ante tan dulce tentación, es necesario ‘cerrar la boca’ antes de caer en provocaciones y comerse más de una porción de pan de muerto.