PORESTO.NET:
2009-09-16
Unos 30 mil burócratas se irán a la calle gracias al plan de austeridad propuesto por el barril sin fondo de la espuria Secretaría de Hacienda. Treinta mil desempleados que pasan a engrosar la larga lista de desempleo, del desgobierno del empleo. Parece un juego de palabras y ya será cuestión de cada ciudadano desenredar la lógica, si es que la tiene.
El “doctor” de Hacienda nos dice que austeridad es: despedir burócratas, cerrar secretarías y cobrar impuestos, sobre los impuestos, de los impuestos cobrados.
Pero no nos dice porqué el plan de “austeridad” no contempla la reducción de salarios y prestaciones de los altos funcionarios, curioso, porque es posible que con la reducción del 25�el salario y prestaciones de directores y subdirectores de las diferentes instituciones públicas federales se lograría “tapar el hoyo fiscal” que se pretende resanar.
Es evidente que los títulos obtenidos por los “muchos años de estudio” del “doctor”, de la Secretaría de Hacienda del desgobierno federal, no son garantía ni de inteligencia, ni de eficacia y sí en cambio de probada falta de ética y de insensibilidad social. Y en esos dos puntos es donde tendríamos que poner las alertas. O el desgobierno usurpador encabezado por Fecal, es más estúpido de lo que cualquiera hubiera imaginado, o el pretendido plan de austeridad inmerso en la propuesta de presupuesto presentada por el usurpador al Legislativo, tiene la perversa intención de hacer estallar al país lo más pronto posible, antes de que tanta rapiña y estulticia logre generar subjetividades de cambio y resistencia, mismas que por otro lado, hay que reconocer, la izquierda electoral “moderna, madura e institucional”, abandonó hace tiempo a cambio de un hacer “política” aprendido por años de militancia priísta (hoy “disidente”) que se basa fundamentalmente en el clientelismo y el corporativismo mediático electoral.
Sería falso suponer que la izquierda es sólo la que se dice o reivindica así en función de los partidos políticos. La izquierda militante es otra y es quizá la que más se ha ocupado de hacer el trabajo de base, la única que ha impulsado subjetividades de cambio, posiblemente por el hecho de que está inmersa en busca para lograr cambiar el mundo y no necesariamente en la toma del poder.
Mientras nuestra institucional izquierda juega a la moderna madurez reclamada por la telecracia y la ultra derecha conservadora impone su retrógrada visión clerical y creacionista del mundo y poco a poco corrompe Legislativos locales y federales y destruye la dolorosa conquista laica del Estado que algún día pretendimos ser.
A un año del bicentenario y del centenario de las insurgencias que nos dieron independencia política y social, conviene recordar que esas históricas luchas nacieron de condiciones socio-económicas similares y de la incapacidad sensible de quienes entonces oprimían y reprimían ante su incapacidad de gobernar con justicia, ante su incapacidad de comprender o conocer la historia.
Cuando se olvida o desconoce la historia, la violencia se torna presente inevitable. Y quizá eso es lo que buscan y lo que sin duda van a lograr aún en el caso de que sólo se trate de irredenta estupidez fecalista.