Interiores/Carlos López arriaga *¿Legalizar qué?…

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* Saliva y tinta, sin mayores resultados.
* Caminando por las calles de Victoria.

Ciudad Victoria, Tam.- Algo muy malo sucede con los políticos mexicanos cuando se les ocurre hacer planes una vez que la administración a su cargo se ubica en el corredor franco de salida.
En el segundo día del llamado “Diálogo por la Seguridad” iniciado esta semana, el Presidente FELIPE CALDERÓN HINOJOSA se dejó querer por la propuesta nada nueva (data de los primeros años setenta) de legalizar las drogas.
Y aunque no creo que simpatice con ella, la sola mención en un discurso presidencial ofrece tema para la discusión amplia en la opinión pública nacional. ¿Carne para los leones?…
La ocurrencia tiene impacto mediático. No habrá tribuna que se resista a discutir si es plausible o no reglamentar el comercio y consumo de estupefacientes, así como el tipo de sustancias o productos que eventualmente pudieran incluirse en dicha medida aperturista.
Ello ocurre cuando no pocas voces del escenario nacional advierten que un gobierno erosionado en su autoridad, carente de resultados y confrontado severamente en las cámaras tiene escaso margen de maniobra para sacar adelante cualquier reforma sustantiva en lo que le resta de gestión.
No sería, por ende, el más indicado para emprender reformas de fondo en asuntos de tal envergadura, sobre todo si recordamos el ya largo historial de intentos fallidos que acumula CALDERÓN en su vano afán de encarar la actual crisis de (in) seguridad nacional.
A los ojos del mexicano promedio, esta nueva intentona aparece como un nuevo parto de los montes que tan sólo promete dejar por saldo saliva y tinta pero pocos resultados concretos.
Recuérdese que esta iniciativa de diálogo surgió a raiz del mortal ataque sufrido por el doctor RODOLFO TORRE CANTÚ y (al igual que en el caso de FERNANDO MARTÍ) el Presidente reaccionó pronto y prometió mucho, sin que hasta la fecha veamos que la situación haya mejorado.
Desde luego, el consumo de drogas tiene efectos perniciosos sobre un sector importante de la población y esto nos permite entender que sea el tema central de la polémica.
Sin embargo cabe preguntar si la legalización de las drogas (algunas drogas) tranquilizaría verdaderamente al país.
O bien si el consecuente derrumbe en los precios (y las utilidades) involucrado en dicha decisión sería un acicate para que la delincuencia organizada concentrase el foco de sus operaciones a delitos que afectan más directamente a las familias.
Me atrevo a pensar que los mexicanos están más urgidos de soluciones radicales en otros campos del crimen que perturban brutalmente la seguridad de vidas y patrimonios.
Entre ellos el secuestro, el asesinato de civiles inocentes, la extorsión, la venta de protección, el cobro de piso y el robo con violencia (particularmente de vehículos), por mencionar algunos.
La agenda de seguridad que ahora pretende actualizar FELIPE CALDERÓN no está excenta de propósitos electorales, si consideramos que la elección presidencial del 2012 podría estarse jugando desde 2011, cuando las diversas fuerzas partidistas se disputen la sucesión de ENRIQUE PEÑA NIETO en la gubernatura mexiquense.
Parte sustancial de dicha trama será el uso político de las decisiones y estrategias que desde ahora se adopten en materias como seguridad y justicia.
El presidente se quiere reposicionar, aunque no con resultados sino con discursos y medidas efectistas. Fuegos del más puro artificio que (aún resultando hueros) le devuelvan el protagonismo ante el engañoso espejo de los medios.

CONCRETO HIDRÁULICO
Para el autor de esta columna siempre será un gusto saber que alguien me leé. Aunque la satisfacción se multiplica por dos cuando además me escriben a la (hoy renovada) cuenta de correo electrónico que aparece al calce.
A propósito de pavimentaciones, repavimentaciones, encarpetados, reencarpetados y otros horrores que hoy preocupan a la gente de Ciudad Victoria, me comenta el amigo (amigazo de toda la vida) JOSE CALANDA MONTELONGO sobre la opción del concreto hidráulico ante el desastre que hoy se sufre en las calles de esta capital.
Y sugiere además que las autoridades hagan valer una “fianza de garantía a las constructoras” para que “vigilen la calidad de las obras” que “nuestros constructores si las saben hacer” pues “no son desechables y nos cuestan bastante”.
Al respecto, respondiendo a JOSE, déjeme contarle que mis recuerdos infantiles están asociados a calles impecables hechas de concreto hidráulico, como eran Hidalgo, Juárez y Zaragoza, entre el 17 y el 22.
El concreto es sólido pero tiene enemigos muy tenaces, entre ellos la Comapa y también los propios vecinos que eventualmente hacen obra a su muy particular ver y entender.
Si no existe el control pertinente, cualquiera de estos predadores agujera, mete zanjas y parcha a lo idiota. Por ello esas avenidas que hoy evoco acabaron convertidas, al paso de los años, en verdaderas piltrafas.
Desde luego, para prevenir que las posteriores obras y reconexiones no arruinen pavimentaciones tan caras, se necesitaría autoridad firme, informada, conciente, inteligente, madura, equilibrada, con visión de futuro y un claro sentido de la responsabilidad.
Digo, soñar no cuesta.

-BUZON: [email protected]
– TWITTER: @LopezArriaga21

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