Ortorexia, obsesión por comer “lo sano”

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Cuidar la alimentación es una excelente forma de mantenerse en forma y prevenir malestares, pero cuando esta situación se sale de control y se convierte en obsesión se vuelve una enfermedad y es necesario recibir ayuda psicológica, informó la delegación estatal del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). A este trastorno nutricional se le conoce como ortorexia y es cuando las personas sufren de una obsesión por consumir sólo alimentos sanos y en porciones correctas, debido a que una cantidad menor o mayor, les causa ansiedad, afirmo el doctor Arturo Talamás, urgenciólogo del Instituto.

El especialista afirmó que entre los factores de riesgo para desarrollar este padecimiento, están la predisposición genética y una enfermedad secundaria a la anorexia nerviosa o bulimia. El malestar se puede presentar en personas que tienen comportamientos obsesivos compulsivos, ya que alguien con este padecimiento puede pasar varias horas al día con la selección del menú que ingerirá, a la vez que gasta mucho dinero en la adquisición de este tipo de comestibles.

Este tipo de personas afectadas por la enfermedad, por lo general seleccionan muy bien los alimentos, analizan los contenidos nutricionales y calóricos, al igual que prefieren frutas y verduras cultivadas ecológicamente libres de pesticidas. El especialista aseveró que quienes sufren de ortorexia, cuando llegan a comer algún alimento que no cumple con los requisitos que ellos creen, se castigan a sí mismos haciendo ayunos prolongados o dietas muy estrictas.

Últimamente hay una marcada tendencia a hablar de la alimentación saludable y por ello nos preocupamos por comer alimentos sanos, pero cuando ese comportamiento normal pasa a convertirse en una obsesión que entrañe peligros para la salud, se califica como ortorexia.

La ortorexia es por tanto, la obsesión por consumir sólo comida de cierto tipo: orgánica, vegetal, sin conservantes, sin grasas, sin carnes, o sólo frutas, o sólo alimentos crudos, siendo la forma de preparación también especial ya que las verduras se cortan de determinada manera y los utensilios utilizados para ellos solamente son de cerámica o madera, lo que hace que el ritual para la preparación también sea obsesivo.

Otro de los problemas a que se enfrentan las personas ortoréxicas, es que para adquirir sus alimentos recorren grandes distancias con tal de encontrar los de mejor calidad sin importar el precio y en caso de dudar de su calidad, prefieren ayunar y rechazar invitaciones para comer en otro sitio que no sea su casa.

Esta creciente enfermedad se basa no tanto en la cantidad de alimento que se consume sino en la obsesión la calidad de los alimentos y por las dietas, el culto al cuerpo y el miedo a la comida tratada con productos artificiales.

Alimentarse así puede ocasionar graves efectos sobre la salud por la carencia de nutrimentos, como las proteínas que son necesarias para la salud y el desarrollo integral.

El no consumir grasas puede comprometer la ingesta de vitaminas liposolubles y ácidos grasos, ambos imprescindibles para el organismo. Sin carne, los niveles de hierro en la sangre disminuyen provocando anemia y falta de energía, ya que aunque los vegetales también aportan proteínas, son de inferior calidad.

A nivel psicológico también produce trastornos obsesivo-compulsivos que en la mayoría de los casos tienen que ser tratados por un especialista, ya que la recuperación psicológica es más compleja que el tratamiento físico.

Entre las señales de la enfermedad, están:

– Comportamientos obsesivo-compulsivos.

– Anemia, desnutrición o falta de algún nutrimento en su organismo.

– Obsesión por comer solamente alimentos de origen natural, prebióticos y cultivados ecológicamente, sin grasa ni sustancias artificiales.

– Haber padecido anorexia nervosa.

– Evitar comer alimentos como carnes, grasas, o tratados con herbicidas o pesticidas.

– No comen otra cosa, ni siquiera en ocasiones especiales.

El diagnóstico se elabora cuando se hace la historia clínica tomando como base los hábitos alimenticios de la persona. Se pueden solicitar estudios de sangre para detectar la carencia de algún nutrimento en el organismo.

Las personas que padecen esta enfermedad están fuertemente convencidas de que están comiendo bien, que no tienen problemas como puede ser el caso de la bulimia y anorexia, y que precisamente deben comer “sano” a toda costa, sin considerar que la calidad debe incluir todo tipo de alimentos y la cantidad la adecuada.

El tratamiento, una vez aceptado el problema, tiene que ser multidisciplinario: nutriólogo, psicólogo, endocrinólogo y médico internista.

Lo más importante es lograr que la persona incorpore a su dieta diaria alimentos de los tres grupos, en cantidad adecuada.

La ayuda con suplementos alimenticios puede ser importante, pero lo es más en adquirir los nutrimentos por medios naturales.

Fuente:
cronica.com.mx

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