La vida saludable y los cambios en el estilo de vida han demostrado ser temas potentes para la inversión en estos últimos años, abarcando un amplio rango tanto de empresas e industrias en su alcance. La investigación llevada a cabo por el Crédit Suisse Research Institute se ha esforzado por elevar el nivel del debate y, a la vez, entregar a nuestros clientes una orientación respecto a su proceso de inversión.
El presente estudio es un seguimiento de nuestro informe emitido en el año 2013, titulado “Azúcar: Consumo en la Encrucijada”, que examina otro componente clave de la nutrición y formulación de la dieta. Analizamos en profundidad el ecosistema de las “grasas”, examinando los cinco tipos de grasas, los principales alimentos ricos en grasas y quiénes los producen, la investigación médica sobre las grasas y la percepción de los médicos, consumidores y funcionarios de salud.
Las grasas conforman uno de los tres macro-nutrientes de cualquier dieta; las proteínas y los carbohidratos son los otros dos. Durante los últimos cincuenta años, la sabiduría nutricional general ha sido la de recomendar un consumo moderado de grasa, reducir la ingesta de grasas saturadas (mantequilla, manteca de cerdo, leche, carne roja, aceite de coco) y el colesterol (huevos, aves de corral, carne de res), a la vez que aumentar el consumo de las grasas poli-insaturadas (soya, maravilla, maíz, aceites de semilla de algodón), además de carbohidratos (pasta, pan, azúcar, etc.).
Las grasas constituyen un tema complejo y estas recomendaciones han sido un área de importantes debates en los últimos treinta años. Algunos piensan que estas recomendaciones dietéticas – seguidas muy de cerca por la población de EE.UU. – son la principal causa de los altos niveles de obesidad del país y del creciente número de personas que sufren de síndrome metabólico. Otros apoyan la idea de mantener los “principios generalmente aceptados” actuales, con un límite del 10% de la ingesta diaria de energía a partir de grasas saturadas y sin límites para las grasas mono-insaturadas (aceite de oliva, aceite de canola, aceite de palma, nueces) y grasas poli-insaturadas o carbohidratos.
Nuestros estudios de mercado muestran que las percepciones de la mayoría de los consumidores y médicos en relación con las grasas están alineadas con las recomendaciones nutricionales oficiales. Sin embargo, algunos consumidores claramente están optando por nuevas alternativas. El consumo de mantequilla está creciendo a nivel mundial a un ritmo de 4,2% anual, y en el primer semestre de este año el volumen de ventas de volumen de leche entera en los EE.UU. creció en un 11%, mientras que la leche descremada se redujo en un 14%. El consumo de huevo en los EE.UU. ha crecido en un 2% y el consumo de huevos orgánicos en un 21% en los últimos doce meses.
Pensamos que hemos llegado a un punto de inflexión. Nuestro propio análisis y la investigación médica más reciente apoyan estas nuevas tendencias. La investigación médica ha demostrado que el consumo de colesterol, básicamente no tiene ninguna influencia sobre el nivel de colesterol en la sangre o en las potenciales enfermedades cardíacas. Tampoco se ha podido probar el vínculo entre el consumo de grasas saturadas y el riesgo cardiovascular. Por otro lado, no se ha demostrado que un alto consumo de grasas poli-insaturadas omega-6 (aceites vegetales) sea beneficioso para nuestra salud ni que las grasas trans tengan efectos adversos para la salud. La mayor ingesta de aceites vegetales y el aumento en el consumo de carbohidratos en los últimos 30-40 años son los dos factores principales detrás de las altas tasas de obesidad y síndrome metabólico en los EE.UU. Las grasas saturadas y las grasas mono-insaturadas no lo son.
La conclusión del presente informe es simple. Las grasas naturales no procesadas son saludables y claves para la evolución de una sociedad que se centra en el desarrollo de individuos saludables y no sólo en el tratamiento de aquéllos que están enfermos. Los alimentos naturales ricos en grasas mono-insaturadas y saturadas son una de las fuentes preferidas de energía de las que dispone nuestro cuerpo para su uso y almacenamiento. Omega-3 tiene grandes propiedades de protección para el corazón y el cerebro. Bienvenido al nuevo mundo de las grasas.
Fuente:
cronica.com.mx