En verano, hay que adaptar nuestra alimentación a las altas temperaturas. Hay personas que, incluso, en estos meses, reconocen que tienen menos hambre, mientras que otras apuestan por opciones menos saludables. Por eso, hay que tratar de seleccionar bien los alimentos que incluimos en nuestra cesta de la compra cuando el calor aprieta, para tratar de hacerlo más llevadero. “En verano, las comidas deben ser caseras y sencillas, pero nutritivas y sabrosas. Por ello, aunque en ocasiones se nos antojan comidas calóricas, lo importante es llevar una dieta equilibrada con buenas técnicas culinarias y alejarnos de las frituras”, indica la Dra. Karen De Isidro, dietista nutricionista y miembro de Doctoralia.
Recomendaciones
La doctora explica que, cuando hace calor, debemos llevar una alimentación en la que no falten alimentos hidratantes, nutritivos, de temporada y proximidad. “Hay que dar prioridad a los antioxidantes y vitaminas como las frutas y las verduras, y si son crudas, mejor, porque así se conservan sus propiedades. El sol provoca que las células se oxiden promoviendo el envejecimiento y problemas en la piel por ello es importante este tipo de alimentos sobre todo en esta época del año”, sugiere.
Pero, por otro lado, añade que dadas las altas temperaturas y el riesgo de tener una bajada de tensión y deshidratarnos es importante mantener una rutina y comer pocas cantidades pero a menudo, al igual que siempre llevar agua e ir ingiriendo líquidos durante el día no solo a la hora de las comidas.