Nos “bombardean” con una serie de falsos testimonios en la televisión de paga, esa que manejan dos grandes consorcios y que no permiten que nadie se meta en sus negocios; se burlan de los televidentes y la población en general, incluyendo a las autoridades.
Los grandes monopolios televisivos tienen durante horas emisiones de productos que igual curan cáncer que diabetes, tumores y migraña, o que nos hacen tener la figura del actor o actriz más cotizados en tan solo unas semanas “con la sencilla toma de tales cápsulas”.
Dicen que no tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre. Hace algunos años, la Secretaría de Gobernación manejaba un apego estricto a las leyes que se refieren a la transmisión de mensajes por televisión, sin embargo, hoy en día, pareciera que esta ley es letra muerta: de la misma manera surgen entes sin moral ni educación como los Ortiz De Pinedo o los Ramones, con un lenguaje poco propio para este medio y auditorios, en horarios para toda la familia, que nos manejan en forma indiscriminada una falta total de respeto al género femenino, ubicando a las damas como objetos mercantiles, como tontas o como algo que, con dinero, está al alcance de todos.
Más grave aún es el hecho de que nos quieren convencer que con una yerba extraída de una planta michoacana nos vamos a curar de todo. Si eso fuera cierto, habría que suponer que los que han descubierto tal remedio debieran ser objeto del Premio Nobel de medicina, y por otra parte, descalificarían la existencia de escuelas y facultades de medicina.
¿Quién querría estudiar una carrera tan sacrificada si con un “tecito” se va a curar todo mal existente?
Las autoridades pusieron un remedio a medias que no se llevó a la práctica. Hoy en día, aseguran que habrá mano dura contra estos mentirosos y charlatanes que pretenden curarnos con agüita y yerbas. Nada tenemos contra la medicina naturista o alternativa: suponemos que es la base de la ciencia médica de hoy en día, pero de ahí a que una cosa cure todo… dudamos sinceramente de la veracidad de estos comentarios que inclusive, algunos actores se prestan pare vendernos.
Otra muy socorrida es la que se refiere a la disfunción, y ahora resulta que también, con una cápsula diaria vamos a ser los mejores amantes de la Tierra y sus alrededores.
Se ha insistido mucho en que se debe legislar; hay una ley federal que debe cumplirse pero al parecer no se hace, ya que, en cualquier tienda naturista seguimos viendo las ampolletas, cápsulas o bolsas de té que curan todo, los que se han dado en llamar “productos milagro” que bien debieran llamarse “productos engaño”.
Pero la ley debe ser más estricta, desde nuestro punto de vista: habrá que retirar los productos del mercado, multar y encarcelar a quienes los producen y comercializan, pero extender la sanción penal y administrativa a las televisoras que pretenden, por un puñado de pesos, engañarnos a todos.
Podría, inclusive, pensarse en retirar la concesión de la que gozan para explotar el espacio mexicano, ya que lo emplean para engañar a millones de mexicanos.
Esa sería una buena medida, sin duda alguna.
Y los que vivimos con diabetes, debemos entender que el médico es el que sabe y nos puede ayudar al control de esta forma de vida; los enfermos de cáncer también podríamos entender que la medicina no llega al milagro, y otros muchos más, veríamos entonces que la justicia llega a la sociedad.
No hay daño más grave y trascendente que el que se lleva a cabo con la salud, y con el patrimonio de los mexicanos.
Ojalá se haga algo al respecto, porque nos han dicho muchas veces que lo harán. Probablemente, por tratarse de un año electoral, ahora sí se haga justicia al respecto.
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