EXCELSIOR
Aurora Zepeda Rojas
El Instituto Federal Electoral (IFE) prepara un protocolo para trabajadores transexuales y transgénero, y ya aprobó una licencia sin goce de sueldo por dos meses para un colaborador que decidió cambiar de sexo.
El protocolo asegura los derechos y las prestaciones para los empleados del IFE que deciden cambiar su identidad sexual, y ofrece explicación para una serie de medidas de convivencia, como el uso de sanitarios.
Estos temas forman parte del informe sobre el “Programa integral contra la discriminación y a favor de la equidad laboral y de una cultura democrática al interior del IFE”, que conocerá hoy su Consejo General.
El documento informa a los consejeros electorales sobre las dos reuniones en que se discutió la propuesta de “Protocolo para la transición y no discriminación de los derechos de las personas transgénero y transexuales del IFE”, cuya versión final podría entregarse en mayo próximo a la Junta General Ejecutiva.
El informe apunta: “Es relevante informar que existe un antecedente sobre el tema. A principios del presente año, la Junta General Ejecutiva tuvo conocimiento de una petición particular para realizar un cambio de sexo, fundamentada con documentación médico-sicológica. El acuerdo para proceder al proceso de reasignación de sexo fue aprobado y presentado por la Dirección Ejecutiva del Servicio Profesional Electoral.”
Aunque este informe no ofrece detalles, se refiere a la petición de un colaborador del IFE que solicitó un permiso de dos meses sin goce de sueldo para viajar a Tailandia y someterse a una cirugía de cambio de sexo.
“Con los avances en esta materia, el IFE se ha colocado a la vanguardia, al atender nuevas demandas de los derechos humanos integrados a una nueva política laboral, que va más allá de los esquemas tradicionales y visualiza cambios sustantivos en favor de la comprensión y apoyo a la diversidad humana y sexual”, se apunta en el documento.
En el protocolo en proceso de elaboración, que busca garantizar los derechos y la convivencia sin exclusión de empleados transgénero y transexuales, se advierte que la rectificación del nombre y sexo permitirá a la persona ejercer todos sus derechos (y asumir sus obligaciones) inherentes a su nueva condición.
“El cambio de sexo y nombre no alterará la titularidad de los derechos y obligaciones jurídicas (y prestaciones), que tenga la persona antes de la inscripción del cambio, ni a quienes legalmente dependan de él o la promovente.”
Además asegura que el instituto mantendrá en el ámbito privado y confidencial el estatus transgénero y transexual de la persona.
El IFE se compromete también a adecuar papelería y tarjetas de presentación, así como la dirección de correo electrónico institucional, con el nuevo nombre de la persona, sin perjucio de sus aportaciones a la seguridad social y de su credencial para votar, que podrá exhibir el nombre anterior hasta que el interesado presente la modificación de identidad jurídica por resolución judicial.
Respecto del uso de sanitarios, el protocolo instruye: “La persona tendrá acceso a los servicios sanitarios, cuartos de vestuario, hospedaje, entre otros, correspondientes a su género, sin infringir la privacidad de las demás personas. Es decir, los servicios sanitarios y de vestuarios preferentemente serán de puerta cerrada en casos en que la desnudez sea inevitable.
“En estos casos se proveerán espacios alternativos para mantener el respeto y la dignidad, e incluirán áreas privadas en espacios públicos, sanitarios con puerta o en un área separada por una cortina, entre otros.”